domingo, 9 de octubre de 2016


La Feria

En la época prehispánica Cholula era considerada un centro cultural y religioso tan importante como lo sería en la actualidad Chalma, Juquila o la Basílica de Guadalupe. Los Dioses que se veneraban eran Quetzatcoatl “Dios de los comerciantes y mercaderes” y Chiconauhquiauhitl “Dios de las nueve lluvias; el cual sustituyeron los frailes franciscanos por la Virgen de los Remedios quedando la fecha de celebración defiesta en honor a ambos el mismo día, es decir el 8 de septiembre. Para tal efecto se acostumbraba que los pueblos llegaran desde lejos y gracias a la importancia de dichos Dioses era necesario que por lo menos una vez en su vida visitaran el lugar. Este viaje se hacía para mostrar veneración lo cual lo hacían sacrificando una persona, ofrecían su corazón y regresaban con el cuerpo para después comerlo en sus respectivos lugares de origen, todo este ritual era acompañado de música. También aprovechaban para realizar el cambio de varas de mando las cuales podrían compararse con los cetros que en la actualidad llevan los mayordomos. Al ser de lugares tan lejanos traían consigo los productos que elaboraban y los intercambiaban con otros pueblos, el cambio era producto por producto, llevaban a cabo el trueque. En la actualidad los festejos comienzan desde los primeros días del mes de agosto siguiendo el orden de la organización de circular, se ofician diariamente misas costeadas por barrios, pueblos, cofradías y hermandades, sindicatos, gremios, empresas industriales o comerciales, devotos y particulares, cuando es el turno de los pueblos y barrios suben con su Santo, dichas celebraciones se prolongan hasta el día 8 de septiembre. En la noche del 31 de agosto se realiza “La Procesión de los Faroles” la cual consiste en un recorrido por las calles de la ciudad en la que participan los barrios con su respectiva imagen y las imágenes de la “Circular”, esta procesión tiene 20 años de llevarse a cabo. Hacia las dos de la madrugada se entonan las “mañanitas” y durante toda la noche se realizan misas que son donadas por diversas organizaciones y feligreses, a la una de la tarde del primero de septiembre se oficia la misa solemne de los pueblos y barrios, a la que asisten para alumbrar todos los mayordomos y fiscales entre quienes se reparten el costo de la ceremonia. El día culmen de estos festejos es el 8 de septiembre se hacen diversas misas, y como sucedía en la época prehispánica, gente de diversos lugares llega a venerar y mostrarle su agradecimiento a la Virgen de los Remedios. Al bajar del “cerro” aprovechan para vender o en su defecto llevar a cabo el tradicional y ancestral “trueque” sobre la explanada de la Plaza de la Concordia, frente a las majestuosas 44 arcadas del portal de peregrinos. Entre los productos que podemos encontrar están: los charales blancos, carpas, quesos de Chautla, hierbas de olor y medicinales, resinas, mecapales, acocotes, vainas, azafrán, cacahuates, nueces, y frutas de varios lugares como San Martín, Huejotzingo y Zacatlán, además de diversos productos artesanales y decorativos como petates, chiquihuites de vara, canastas, ollas de barro, utensilios de madera etc. El Barrio de Santa María Xixitla es el barrio que le toca subir y hacer su misa el día 8, dicho barrio además de hacer su misa realiza “el cambio de varas de mando”, es decir el cambio de mayordomo del barrio y en lugar de traer una persona para sacrificar suben al “cerro” un “panzón” que es un muñeco hecho de papel de China y cohetes que tiene dentro manzanas las cuales caen de su “panza” al finalizar su quema. Este muñeco una vez quemado es bajado y llevado hasta el barrio por las personas que se encargaran de recolectar el dinero que se necesita para su elaboración para el año siguiente.

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