Por fuera te parecerá una bonita iglesia más de las muchas que tenemos en México, pero es al interior en donde te recibirá la agradable e impactante sorpresa del lugar. Alberga una escultura de 14 metros de altura, la más grande en Latinoamérica bajo techo, que fue esculpida por el poblano José Luis Silva en madera de cedro. En 1972 tras seis años de trabajo, el artista terminó esta obra de arte que deja hipnotizado a cualquiera que la ve.
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